Por mucho que evolucione la técnica, en ocasiones es necesario volver la mirada atrás, reconocer en los orígenes aquello que en su día hizo única a la baldosa cerámica. Argillae es un canto de amor a la materia en estado puro: la arcilla. Su superficie y textura son fruto del diálogo entre la mano del artesano y la tierra, una superficie de una belleza imperfecta que extrae sus colores de la arcilla, llena de pasión y poesía.
La arcilla es un material muy interesante y fundamental: es tierra, es agua y, con el fuego, toma forma y vida.