La pandemia ha convertido nuestros hogares en extensiones de las oficinas. Un 46% de las personas señala que su puesto de trabajo es improvisado y provisional, utilizando algunos de los muebles que ya tenían en su hogar, mientras que el 33% afirma que es un pequeño espacio de trabajo con mobiliario de trabajo básico (Fuente: Actiu). Más allá de las soluciones improvisadas, el trabajo será una nueva actividad en la realidad doméstica, lo que obligará a planificar los hogares para la conciliación entre trabajo y vida personal.
Sin duda la pandemia ha acelerado la cantidad de personas que se han adscrito a la modalidad del teletrabajo. Tras la coyuntura, todas las investigaciones apuntan en la misma dirección: aumentará la cantidad de personas que, al menos unos días a la semana, trabajará desde casa. Entre el 25% y el 30% de la fuerza de trabajo lo hará desde casa varios días a la semana a finales de 2021 (Fuente: Global Workplace Analytics, abril 2020). El 75% de los directores financieros esperan trasladar a los empleados que antes estaban en el lugar de trabajo a un trabajo remoto después de la pandemia de la COVID-19 (Fuente: Gartner)
Paralelamente aparecen políticas nacionales para atraer el teletrabajo por parte de ciudadanos extranjeros. El gobierno de Barbados ha anunciado una nueva iniciativa de visado de trabajo de 12 meses. España o Japón también están invirtiendo en mejorar su infraestructura wi-fi. El el caso de Japón cuenta con un programa de refugios en parques naturales destinados a teletrabajadores internacionales.
Junto con este movimiento, el sector del alquiler de mobiliario seguirá avanzando. Por ejemplo, durante los meses de pandemia de 2020, la empresa de alquiler de Fernish ha registrado un incremento del 315% en los pedidos de home office.
Los espacios de trabajo se integrarán en las viviendas, pero resolviendo algunos de los puntos de tensión que han quedado patentes durante los meses previos. La separación entre momentos de trabajo y vida personal es una de esas necesidades a solventar. Un 25% de los trabajadores de UK creen que el solapamiento entre trabajo y vida va ‘demasiado lejos’ y que difícilmente pueden desconectar, con un incremento del 13% respecto a la era pre-COVID. Los profesionales de la salud mental ya apuntan a la ‘fatiga zoom’ como un problema de estrés importante. Sin embargo, las investigaciones demuestran que somos un 12% más productivos trabajando desde casa, sobre todo en los momentos de concentración (Fuente: Gensler Research Institute).
La introducción del home office supondrá la búsqueda de soluciones que permitan integrar y esconder la oficina de una forma sencilla, productos flexibles que tengan múltiples usos, tanto para el trabajo como para las facetas privadas de la vida. La salud también será fundamental, como deja ver el aumento en un 2.484% en las búsquedas de ‘sillas de oficina ergonómicas’ durante la pandemia, junto con un aumento del 942% en las búsquedas de ‘escritorios plegables’.
Soluciones de división sencillas y prácticas que permitan reconfigurar el espacio de forma rápida y sean multifuncionales.
Combinación de closet (armario), y office (oficina) se trata de pequeños puestos de trabajo escondidos dentro de armarios o integrados en cocinas, contribuyendo a la separación entre trabajo y vida personal.
Como unos de los factores clave a la hora de pensar espacios de trabajo dentro de la vivienda.
Soluciones de pequeño formato que no sacrifiquen gran parte del espacio de la vivienda para el trabajo.
La introducción del trabajo en el ámbito residencial genera puntos de tensión para sus habitantes como la imposibilidad de desconectar ambas facetas o compartir el espacio con más miembros del hogar. A pesar de que se habla de espacios de oficina flexibles y en espacios abiertos, la necesidad de separar físicamente ambos existe.